"La respuesta a la pregunta: ¿Qué es la iluminación?" Immanuel Kant, resumen Traductor traducir

En 1783, el editor del Berline Monthly, JE Bister, publicó un artículo titulado "Una propuesta para que no haya más clérigos en los matrimonios", sugiriendo que el clero debería ser relevado de la necesidad de realizar ceremonias matrimoniales. En ese sentido, surgió la idea del matrimonio civil, en contraposición a la institución largamente predicada por la iglesia, según la cual el matrimonio, por definición, es una unión religiosa sancionada por Dios. El ensayo de Bicester argumentó que esta convención era un insulto directo, contrario a los ideales de la Ilustración, que se convirtió en el insulto más grande que se podía imaginar en ese momento.

Como era de esperar, la iglesia reaccionó rápidamente. Un funcionario de alto rango del gobierno prusiano, el reverendo JF Zollner, respondió que el matrimonio civil, por definición, estaba destinado a conducir a la inestabilidad, ya que fue la ordenación de Dios lo que dio a tales uniones la fuerza para sobrevivir. Fue la oposición de Zollner a la propuesta de Bister lo que desafió la respuesta filosófica, y muchos grandes pensadores respondieron con ensayos publicados, de los cuales el de Kant fue durante mucho tiempo el más ampliamente antologado e influyente.

Quizás esto se deba a que la respuesta de Kant va mucho más allá del alcance limitado del matrimonio civil y su conexión con los ideales de la Ilustración y cubre el tema más amplio implícito en el argumento presentado por Bister y Zollner. ¿Qué es exactamente lo que hace que el ensayo original de Bister sea un ejemplo de pensamiento ilustrado y que la respuesta de Zollner a Bister revele motivos anti-ilustrados? Sobre esta base, Kant construyó un ensayo que pregunta qué es la ilustración e identifica los mayores enemigos de la ilustración y sus objetivos.

Contenido

Kant comienza con una explicación simple de lo que es la iluminación: quítese las cadenas de la inmadurez autoimpuesta. Luego da una definición más precisa de inmadurez: la incapacidad de percibir lo que uno ha entendido y usarlo sin la ayuda de otros.

Esto plantea la pregunta: ¿por qué las personas eligen permanecer sin iluminación, permitiendo que otros tomen decisiones por ellos que podrían tomar con la ayuda de una mente que tiene en cuenta la comprensión de lo que han aprendido? Para Kant, la explicación es simple: la mayoría de los hombres y todas las mujeres son perezosos y temerosos.

El mundo se divide en tres grupos:
❶ los pocos iluminados,
❷ los guardianes, a quienes los no iluminados les han dado poder y control sobre ellos, y
❸ los no iluminados, a quienes los guardianes tratan como animales, explotando su miedo y pereza. (No olvide que los guardianes pueden ser tanto iluminados como no iluminados).

El poder de los guardianes sobre los ignorantes no se logra por la fuerza, sino por la coerción. Reglas, leyes, convenciones, tradiciones, creencias y principios de conducta que no requieren circunstancias opresivas para que las masas se adhieran para crear una profecía autocumplida.

Kant sostiene que solo una cosa es necesaria para la ilustración: la libertad de usar la razón en todos los asuntos. En este punto, da la metáfora del "científico", que se refiere a las circunstancias en las que una persona puede usar la mente para hablar públicamente en contra de los pensamientos no ilustrados cuando no se convierte en un comportamiento peligroso para los demás. Por ejemplo, si un soldado, mientras está de servicio, desobedece una orden y desafía su estatus como un enfoque ilustrado en una situación en la que negarse a obedecer una orden tiene repercusiones en la vida de otras personas, entonces este no sería el comportamiento de un científico para la sociedad.. En tales asuntos privados uno debe obedecer, no discutir. Sin embargo, cuando no existen tales consecuencias, Kant argumenta que todos no solo tienen el derecho, sino también la obligación de actuar como científicos para la comunidad de los no ilustrados, argumentando su punto, en lugar de obedecer ciegamente las órdenes. Kant destaca la diferencia clave entre los deberes públicos y privados a través de varios ejemplos específicos.

Kant plantea entonces la cuestión retórica de si una sociedad de eclesiásticos puede vincular justificadamente la conducta a una regla de orden contractual, no sujeta a cambios de cara al aprendizaje futuro. Kant responde que tal situación sería inválida, ya que es una conspiración para privar a las generaciones futuras del uso del pensamiento ilustrado, quienes permanecerán para siempre atadas por lazos obsoletos y arcaicos que existen únicamente con el propósito de crear una tutela eterna.

De esto, Kant concluye que el monarca no tiene derecho a dictar decretos para su pueblo que él mismo no dictaría, argumentando que el poder que tiene el líder es el poder que solo el pueblo puede dar, y no quitarle… Luego explica los poderes y deberes que se esperan de un monarca ilustrado que vive en una era ilustrada, antes de preguntar si estamos viviendo en una era ilustrada. Quizás sorprendentemente, su respuesta es "no" con la advertencia de que "realmente vivimos en una era de iluminación". Kant explica que todavía falta mucho en cuanto a la ilustración, pero todo apunta a un movimiento progresivo hacia la ilustración, que está representado por la figura icónica del monarca ilustrado de la época, el rey Federico II de Prusia.

Definiendo por su nombre su símbolo ideal de progreso hacia una era de ilustración, Kant propone una abstracción en la forma de un príncipe sin nombre, que se convierte para él en un ejemplo de lo que implicaría el liderazgo ilustrado: la libertad de cada ciudadano para actuar en su papel. como figura pública "sin perjuicio de sus funciones oficiales". Kant parece estar halagando sutilmente a Federico y astutamente instándolo a realizar demostraciones aún mayores de gobierno progresista, argumentando que ningún jefe de estado debería temer que sus súbditos estén usando la razón para mejorar las leyes existentes antes de referirse a su propio rey como "un excelente ejemplo". de este tipo de monarca.

El ensayo termina con Kant condenando a las personas que rechazan la búsqueda de la iluminación, argumentando que al hacerlo influyen negativamente en la iluminación de todos. De hecho, la iluminación trasciende al individuo; la libertad de acción crece exponencialmente con el logro de la iluminación. Cuando se alcanza, se reproduce en la libertad de actuar sin el miedo o la cobardía que mantiene a una persona en un estado de desilusión.

Caracteres

guardianes

"Guardianes" es el término metafórico de Kant para esos seres humanos literales a los que otras personas acuden en busca de ayuda, que, si lo hicieran por sí mismos, contribuiría a la iluminación. Entre los que se mencionan específicamente como guardianes que "de buena gana aceptarán trabajos desagradables" para otros se encuentran médicos, sacerdotes y cualquier otra persona cuyo trabajo sea "supervisar a la gente".

Científicos

Los científicos son, de hecho, todo, pero en un área limitada. El camino hacia la iluminación es, ante todo, deshacerse del yugo de la tutela. Una de las formas es abandonar la pereza de la obediencia incondicional a la autoridad y argumentar a favor de la razón. Kant advierte contra esto cuando el deber de trabajar pone en riesgo a otros por tu desobediencia, pero insiste en que es deber no someterte en público sin riesgo para los demás. Cuando se hace esto -es un cuestionamiento público de la autoridad- la persona asume el papel de la comunidad científica.

Federico II de Prusia

También conocido como Federico el Grande, Kant destaca a este monarca como la encarnación viva de la Ilustración. Si bien puede ser tentador sugerir que el Kant prusiano está mostrando aquí solo un nacionalismo desnudo, de hecho, Federico es considerado uno de los monarcas más ilustrados de su época o de cualquier otra. Aunque fue despiadado en su subyugación militarista y toma de territorios extranjeros, en el frente interno introdujo reformas burocráticas y judiciales masivas que transformaron el sistema estatal, abrió las fronteras para los inmigrantes que querían convertirse en ciudadanos prusianos, manipuló los precios de los cereales para que los ciudadanos prusianos pudieran aprovechó el almacenamiento durante las temporadas de escasez y contribuyó a una libertad de expresión y de prensa sin precedentes, sin precedentes en el continente.