Joseph Lorasso: amor en colores Traductor traducir
Muchos conocedores del arte contemporáneo conocen la obra del artista estadounidense Joseph Lorasso. Busca inspiración en situaciones cotidianas, observando los sentimientos y emociones de las personas. Siendo de origen italiano, personifica sorprendentemente sutilmente los sentimientos humanos al pintar. Sus creaciones están imbuidas de amor, devoción, pasión y paz. Al mirarlos, una persona pierde el sentido de la realidad. Las obras de Lorasso reflejan sólo valores eternos que están presentes en la vida de cada uno y están fuera del espacio temporal. No en vano muchos consideran a los italianos la nación más sensual.
Un poco de la biografía.
José nació en 1966 en Chicago, Illinois. Tuvo mucha suerte con los padres que le inculcaron al niño un sentido de belleza desde la infancia. Junto con su familia viajó a menudo a su tierra natal y visitó galerías de maestros italianos. Fue su influencia la que se convirtió en el corazón de la obra de Joseph Lorasso.
Estudió en la Academia de Arte de Estados Unidos y luego ingresó en el Instituto de Arte de Kansas City, donde se licenció con éxito. Incluso en la escuela, el maestro dio preferencia a las acuarelas e incluso en el instituto continuó trabajando con ellas. Aprendió él mismo a pintar con pintura al óleo, adoptando la experiencia de grandes artistas, intentando imitar su técnica y estilo. La mayoría de las veces crea en una habitación vacía, cerrada a todos.
Técnica operativa
Joseph Lorasso es extraordinariamente exigente con los detalles. En sus obras plasma los más mínimos detalles que lo rodean. Para él absolutamente todo es importante: colores, formas, trama, textura. Romántico apasionado, llena sus obras de tonos cálidos, bondad, luz y alegría. Sin embargo, ni siquiera sus personas más cercanas saben nada de su vida personal.
El observador no encontrará negatividad, sufrimiento o dolor en ninguna de las pinturas. Y su habilidad indescriptible le permite considerar lo sorprendente e inusual en los momentos más cotidianos. Aquí, por ejemplo, está el cuadro “El beso de la mañana”. No parece nada especial: un chico y una chica están acostados en la cama por la mañana. La abraza por detrás y le besa el cuello. Pero miren más de cerca: es apenas de mañana, ambos tienen por delante un duro día de trabajo, lleno de diversas preocupaciones, ansiedades y asuntos urgentes. Pero todo eso sucederá más tarde. Ahora sus rostros están serenos, relajados, disfrutan sinceramente del nuevo día. El chico con extraordinaria ternura abraza a su amada, la besa, le desea buenos días. La niña se estira en sus brazos con una sonrisa, está abrumada de amor y felicidad. Una mañana cualquiera para la gente corriente, pero cuántos tiernos sentimientos, caricias, momentos de armonía y alegría encierra. Es a partir de esos momentos que se forma la simple felicidad humana, que la gente no siempre aprecia.
Conclusión
Joseph Lorasso se ha ganado durante mucho tiempo los corazones no solo de los europeos. Obras tan impresionantes siempre encontrarán una respuesta en el alma de cualquier persona sensible. Después de todo, hay tantos momentos negativos en la vida y la gente siempre quiere encontrar al menos alguna fuente de alegría en ellos.
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