Sketch for the set of the opera Russalka by Aleksandr Sergeyvich Dargomyzhsky (1813-1869) Viktor Vasnetsov (1848-1926)

El boceto presenta una escena teatral ambientada en un entorno acuático y cavernoso. En primer plano, se distingue una estructura arquitectónica elaborada, de formas orgánicas y sinuosas que recuerdan conchas marinas o caparazones. Esta construcción, iluminada por una luz tenue, sirve como escenario para un grupo de figuras humanas vestidas con ropajes blancos y fluidos.
La paleta cromática es predominantemente fría, con tonos verdosos, azulados y grises que evocan la humedad y la penumbra del mundo subacuático. El uso de aguadas y líneas difusas sugiere una atmósfera onírica y misteriosa. La vegetación circundante, representada mediante trazos rápidos y abstractos, contribuye a crear un ambiente salvaje e indómito.
En el fondo, se vislumbran formas rocosas y elementos verticales que acentúan la sensación de profundidad y encierro. La disposición de las figuras humanas alrededor de la estructura central sugiere una ceremonia o ritual en curso.
La obra transmite una fuerte carga simbólica relacionada con la naturaleza, la transformación y lo oculto. El agua, como elemento primordial, podría representar el inconsciente o el mundo emocional. Las figuras vestidas de blanco podrían aludir a seres etéreos o espíritus ligados al ámbito acuático. La arquitectura orgánica sugiere una conexión profunda entre los personajes y su entorno natural.
La luz tenue y la atmósfera misteriosa evocan un sentimiento de melancolía y anhelo, sugiriendo que la escena representa un momento trascendental en el que se exploran temas como el amor, la pérdida o la búsqueda de identidad. La obra parece capturar una instantánea fugaz de un mundo mágico y enigmático, invitando al espectador a sumergirse en sus profundidades simbólicas.