#43776 Boris Kustodiev (1878-1927)

Descripción del cuadro de Boris Kustodiev "La mujer del comerciante tomando el té".

El cuadro La mujer del comerciante tomando el té encierra toda la originalidad del método creativo del artista Boris Mijáilovich Kustodiev. La imagen de la esposa del comerciante, una hermosa y corpulenta mujer rusa de rostro redondo y saludable sonrisa, es, en opinión de los críticos de arte, una de las favoritas del artista.

En el cuadro, la esposa del comerciante aparece bebiendo té de un platillo en una gran mesa. Sobre la mesa hay un samovar y platos con diversas viandas (el artista muestra con especial claridad las imágenes de frutas, uvas, sandías y manzanas). La mesa también está llena de hermosas y costosas vajillas y comida tradicional rusa: pirozhki, pan blanco y mermelada. En el fondo hay escenas de la vida del antiguo Moscú mercantil: la iglesia de piedra blanca, las hileras comerciales, la arboleda y los edificios del monasterio.

La propia comerciante es joven y hermosa, con un rostro apuesto y lleno, un pañuelo que cubre su cabello atado en las puntas, grandes pendientes de oro y labios pintados de rojo. El artista pinta cuidadosamente su cuello y hombros blancos, así como un bonito vestido azul oscuro con un pequeño broche como joya.

Hay una cierta ironía en este cuadro, como si el artista permitiera al espectador sonreír con maldad al ver a la plena y amable esposa del mercader y su fiesta. Sin embargo, la ironía aquí es suave, no evoca ningún sentimiento negativo.

Podría parecer que no hay nada misterioso en este boceto doméstico ordinario, pero no es así. La imagen de la esposa del comerciante es profundamente simbólica, porque el artista pintó este cuadro en un momento crítico de la historia de nuestro país, en 1918, cuando algunos pensaban que Rusia estaba perdida y nunca se recuperaría.

Pero la mujer del comerciante ruso, con su modo de vida bien organizado, su abundante comida, un gran gato con el lomo arqueado en espera de afecto y una vida sencilla y comedida, le pareció al artista una imagen del futuro del país, que volvería a su modo de vida tradicional después de la agitación por la que había pasado.