Saint Catherine of Alexandria Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610)

Descripción del cuadro Santa Catalina de Alejandría de Michelangelo Merisi da Caravaggio

Michelangelo Merisi da Caravaggio es considerado el fundador del realismo en la pintura. No se conserva ni un solo boceto o dibujo, ya que Caravaggio pudo realizar sus ideas en el lienzo. Tuvo una vida muy peculiar. De temperamento diferente y ardiente, se vio constantemente envuelto en algunas historias oscuras, fue el instigador de peleas, varias veces encarcelado, fue acusado dos veces de asesinato. En sus obras predominan los retratos de hombres y las escenas de género con participación de hombres. La mayoría de los personajes de Caravaggio son simples jóvenes "del montón", brillantes, sensuales, alegres y algo groseros. Así era el propio autor.

El cuadro "Santa Catalina de Alejandría" es una rareza por el hecho de que el pintor sólo retrata a una mujer, aunque en los rasgos faciales Catalina sigue pareciendo un niño. Catalina de Alejandría era hija de Xanthos, gobernante de Alejandría. La princesa era muy caprichosa y rechazaba a todos los posibles pretendientes. En aquellos años, Alejandría tenía fama de ser una de las ciudades más ilustradas, famosa por su enorme biblioteca y sus excelentes escuelas. Por lo tanto, Catalina recibió una excelente educación. Cuando se convirtió en reina, se convirtió al cristianismo. Cristo se le apareció en un sueño y le dio un anillo y desde entonces se consideró novia de Cristo. Cuando el emperador Maximino llegó a Alejandría para realizar sacrificios y ceremonias según la costumbre pagana, Catalina irrumpió en el templo y exigió que el emperador abandonara los dioses paganos y se convirtiera al cristianismo. Posteriormente fue brutalmente ejecutada y elevada al rango de santa.

En la imagen vemos a una chica muy joven con una blusa blanca bordada en oro y un vestido de terciopelo oscuro. Su pelo castaño está dividido y peinado. Un rostro suave y medio infantil, labios carnosos, labios limpios, ojos oscuros y cautelosos... si no fuera por el fino halo dorado sobre su cabeza, la imagen sería el retrato de una chica corriente.