oak. 1880 Isaac Ilyich Levitan (1860-1900)

Descripción del cuadro El roble de Isaac Levitan

El paisaje pintado por Levitan bajo el título "El roble" se acerca mucho en su construcción compositiva al mismo cuadro con el mismo título de Savrasov. El cuadro es muy rico en variedad de colores, lo que también puede compararse con las obras de Polenov.

Tras pintar un poderoso y gran roble que crece en la linde del bosque, su luz resplandeciente se desliza por sus hojas, iluminándolas de colores y brillando en el aire caliente. De este modo, Levitan pudo transmitir perfectamente el tono tierno de la hierba aún joven en la base del roble, junto con el color amarillo dorado y a veces anaranjado que proviene de los pinos resinosos que se alzan alrededor del roble, y el inimitable juego de sombras en las ramas y troncos de los árboles.

Cuando un espectador ve esta obra de arte por primera vez, comprende inmediatamente la esencia del arte y su sorprendente profundidad de posibilidades. No es ningún secreto que Levitan prefería sobre todo los paisajes otoñales, siendo mucho menos frecuente encontrar cuadros dedicados a la estación primaveral, y bastante raro encontrar un paisaje, captado en pleno verano.

Naturalmente, el protagonista del paisaje es el roble, que se encuentra en el límite del bosque rodeado de coníferas. El roble extiende sus ramas a lo ancho, y su corteza simplemente brilla y se dora a la luz del sol debido a su gruesa y frondosa copa, y sólo en algunos lugares la luz del sol es capaz de penetrar a través del follaje verde oscuro. Por ello, se puede ver una especie de halo de color dorado debajo de ella. Y esta rama seca da a este cuadro y al roble en particular un aspecto aún más realista.

El roble, con su belleza natural, eclipsa a todos los demás árboles, aunque no esté en primer plano. El poderío del roble lo dan también los pequeños pinos y la floración al pie mismo del roble. El roble se asocia siempre con la fuerza, la resistencia y la fortaleza.