Irises Vincent van Gogh (1853-1890)

Descripción de "Iris" de Vincent van Gogh.

Este famoso cuadro del artista holandés Vincent van Gogh fue creado por él en 1889. "Iris" fue una de las últimas obras del gran maestro. Van Gogh murió un año después. En el momento de pintar el cuadro, el artista ya tenía una enfermedad terminal. Estuvo constantemente vigilado por los médicos de un hospital para enfermos mentales. Esta clínica estaba situada cerca del pintoresco pueblo de Saint-Rémy-de-Provence.

Es posible que esta aflicción influyera tanto en el estilo creativo de Van Gogh, pero las obras que produjo eran totalmente diferentes a todo lo que el artista había producido hasta entonces. Este no es el Van Gogh que se conocía. No hay tensión, inquietud, matices, ni tonos cálidos, oliva y mostaza. Por el contrario, hay una cierta ligereza, ligereza e ingravidez transparente. La forma de pintar recuerda a los grabados japoneses.

En Iris, Van Gogh representa parte de un campo cubierto de flores. Aquí vemos no sólo los lirios, que dan nombre a su obra maestra, sino también otras flores. Por supuesto, los lirios ocupan un lugar central en la composición.

El artista ha elegido un ángulo inusual para su pintura. Las flores llenan casi toda la superficie del lienzo. Parece que estás en cuclillas en medio del campo, en medio de las flores. Pero la imagen no parece congelada, estática. La composición está compuesta de tal manera que uno mira involuntariamente hacia arriba y hacia la izquierda. Hay una simetría original en "Iris". La mancha de tierra del primer plano se equilibra con los brotes naranjas y amarillos de la esquina superior izquierda. El iris blanco y el azul pálido sostienen el horizonte del cuadro.

La influencia de la pintura japonesa se nota sobre todo en el dibujo de los iris. La misma nitidez y finura de líneas gráciles, el mismo color sólido que inunda los detalles separados. Pero el cuadro no se sostiene completamente en este estilo. También se aprecia la influencia del impresionismo. Y lo más sorprendente es que esta mezcla no perturba en absoluto la armonía del cuadro. Esto no hace más que añadir a la obra de Van Gogh su carácter único y su encanto seductor.