Incertidumbre del poeta, Giorgio de Chirico:
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Descripción

Nombre: La incertidumbre del poeta (1913)
Artista: Giorgio de Chirico (1888-1978)
Medio: Pintura al óleo sobre lienzo
Género: paisaje urbano con naturaleza muerta
Movimiento: Pintura metafísica
Ubicación: Colección Tate, Londres

Para una interpretación de otras imágenes de los siglos XIX y XX, ver: Análisis de pinturas modernas (1800-2000).

APRECIACIÓN ARTÍSTICA
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Giorgio de Chirico, ver:
Cómo apreciar las pinturas.

Fondo

Giorgio de Chirico fue un pintor, escultor y teórico del arte italiano de formación clásica, probablemente mejor conocido por su invención (en 1913) de la "pintura metafísica", un estilo que también practicaba el futurista. Carlo Carra (1881-1966) y el especialista en bodegones Giorgio Morandi (1890-1964), hasta aproximadamente 1920. En qué sentido las pinturas del grupo podrían considerarse "metafísicas" nunca se deletrearon, pero el idioma se caracteriza por el uso de imágenes arquitectónicas y escultóricas clásicas, y una sensación de inquietud e irrealidad.. Además, influenciado por sus estudios en Munich y por el trabajo de Max Klinger (1857-1920) y Arnold Bocklin (1827-1901) – de Chirico era extremadamente aficionado a Simbolismo e incorporó una amplia gama de objetos simbólicos en sus composiciones, a menudo con significados autobiográficos. Una figura muy influyente en arte Moderno de la década de 1920, las primeras pinturas de Chirico tuvieron un fuerte impacto en el desarrollo de Surrealismo a finales de la década de 1920 (especialmente en las imágenes clásicas y tranquilas de Salvador Dalí (1904-89) y Rene Magritte (1898-1967), aunque su trabajo posterior fue débil.

La incertidumbre del poeta (1913), Canción de amor (1914) y El misterio y la melancolía de una calle (1914), se encuentran entre las grandes pinturas del primer período ’metafísico’ de De Chirico. Sus escritos teóricos y líricos de estos años muestran que había rechazado lo que llamó el "sensacionismo" de naturalismo y quería, en cambio, mostrar en su trabajo una visión enigmática e inmutable de la realidad, tal como se vislumbra en momentos de intensa sorpresa o revelación. Sus pinturas, dijo, deberían tener la misma relación con la realidad que las imágenes que tenemos de las personas en sueños con su verdadero ser.

El propósito de las muchas alusiones al mundo clásico en las pinturas de la época de Chirico no era ilustrar aspectos del pasado sino actuar como símbolos o símbolos de la imaginación y la memoria. Comenzó a pintar escenas de plazas italianas cubiertas de cálido sol mediterráneo solo después de su llegada a París en 1911, y por lo tanto, en cierto sentido, toda esta serie de obras se basó en la fantasía y no en la experiencia directa. Era característico de su enfoque ambiguo del mundo clásico que el torso en La incertidumbre del poeta era probablemente un molde de yeso moderno basado en una pieza original de griego o Escultura romana. La sensación de que el torso se retira varias veces del original se ve reforzada por la forma antinaturalista en que está pintada: el contorno negro y las áreas de eclosión cruda recuerdan deliberadamente el estilo académico dibujar figuras y grabado. De hecho, de Chirico a menudo tomaba sus imágenes de música clásica. estatuas de ilustraciones en manuales y libros de texto, y al hacerlo enfatizó la irrealidad de sus imágenes. De esta manera, sus pinturas sugerían que el pasado estaba irremediablemente perdido y que solo podía ser reemplazado por copias y pastiches.

Con su perspectiva de retroceso, sombras profundas y el patrón regular de la galería, esta pintura está dominada por líneas y formas geométricas. De Chirico creía que el gran arte no se basaba en copiar la naturaleza sino, como escribió en ese momento, en "dimensiones, líneas y formas de la eternidad y el infinito"; y estos, afirmó, estaban presentes sobre todo en griego y Arquitectura romana. Lo que valoraba en las columnatas y las plazas clásicas no era tanto su orden y racionalidad como su extraña belleza lírica. Escribió en manuscritos de la época:

"No hay nada como el enigma del Arcade, que los romanos inventaron. Una calle, un arco: el sol se ve diferente cuando baña una pared romana a la luz. Y hay algo más misteriosamente lastimero que en la arquitectura francesa, y menos feroz también. La arcada romana es una fatalidad. Su voz habla en acertijos llenos de una poesía extrañamente romana, de sombras en las paredes viejas y una música curiosa. ) Il Meccanismo del Pensiero, Turín, 1985)

Durante sus estudios en Munich, de Chirico había admirado los escritos de Otto Weininger sobre la filosofía de las formas geométricas; y en un artículo en Valori Plastici de 1919 citó la opinión de Weininger de que el arco, a diferencia del círculo, es incompleto y fomenta una sensación de incertidumbre y expectativa. Como esto sugiere, la obsesión de De Chirico con la línea y la geometría en sus composiciones en este período no fue matemática: las perspectivas de rastrillado y las arcadas en retroceso eran para él los equivalentes pictóricos de una proyección de la conciencia o estados emocionales como la anticipación y la nostalgia.

El lado irracional de la visión de Chirico de clasicismo impregna casi todo su trabajo, incluso en este período metafísico temprano. Llenó sus pinturas con referencias semi-autobiográficas inexplicables. El tren distante en La incertidumbre del poeta, por ejemplo, recuerda la profesión de su padre como ingeniero ferroviario; y, de hecho, una vía de ferrocarril encerrada por un alto muro atravesaba el centro de la ciudad griega de Volos, donde De Chirico pasó su infancia. El mástil del barco en la distancia puede verse como una referencia encubierta a los Argonautas, a quienes la leyenda asoció con Volos y que fueron objeto de una mitología privada compartida por él y su hermano. Tales connotaciones personales ocultas refuerzan la atmósfera de misterio en las imágenes de Chirico, que desafían la interpretación precisa. El significado de las frutas tropicales en esta pintura, por ejemplo, no está claro; pero en un texto lírico de este período describió lo que llamó la "voluptuosidad" y la "felicidad" de los plátanos, y es posible que sirvan aquí como símbolos de los placeres sensuales de la vida, complementando el elenco sin vida (un torso de Afrodita) y el legado intelectual del mundo clásico que simboliza.

La calidad ambigua de las pinturas metafísicas de De Chirico, con sus imágenes fácilmente legibles, a menudo mundanas que desmentían un significado sofisticado e intelectual, tendría un enorme impacto en movimientos de arte moderno, en Italia, Francia y otros lugares. Guillaume Apollinaire (1880-1918), un comentarista influyente en París arte de vanguardia, compartió el interés de De Chirico en los significados poéticos y multivalentes de las cosas ordinarias, y se convirtió en uno de sus principales partidarios; y, siguiendo su ejemplo, los surrealistas tomaron el trabajo de estos años de De Chirico como modelo para las imágenes de sueño que buscaban cultivar. (Ver también: Automatismo en el arte.) De hecho, el poeta Paul Eluard compró La incertidumbre del poeta en 1922 y la vendió en 1938 al artista surrealista británico Roland Penrose.