The Painters Studio A Real Allegory 1855 361x598 M Gustave Courbet (1819-1877)

Descripción del cuadro de Gustave Courbet El taller del pintor

El cuadro "El taller del pintor", del pintor francés Gustave Courbet, fue pintado en 1855 con pinturas al óleo y un lienzo cuya longitud alcanzaba casi 6 metros y una anchura de al menos 3,6 metros.

Fue pintado en vísperas de la Exposición Universal de 1855 y fue la pieza central del Pavillon de l’Art Realisme, que el artista creó para contrastar con las obras de otros artistas franceses allí expuestas.

El cuadro tenía también un segundo título, más largo y confuso: "Una alegoría real que caracteriza los siete años de mi vida artística". El segundo título es una representación más exacta de lo que se muestra en el cuadro, para el que se eligieron tonos y colores oscuros.

La figura central del cuadro es un hombre sentado de lado: el propio artista. En sus manos tiene pinceles y pinturas: está pintando un enorme paisaje y está ocupado con su trabajo, sin prestar atención a nadie.

Muchas personas diferentes se han reunido en el estudio del artista. A su espalda se encuentra una chica semidesnuda, probablemente una modelo, y a sus pies, contemplando la creación resultante, un niño pequeño permanece inmóvil con un gato blanco jugando a su lado.

En la parte derecha del cuadro se agolpan muchas personas, pero no todas observan el proceso creativo, muchos rostros parecen distanciados e indiferentes, desinteresados por lo que está ocurriendo.

El artista los llama sus enemigos, los que intentan impedir que cumpla sus sueños y aspiraciones creativas. De hecho, las personas de esta parte del cuadro están preocupadas entre sí o consigo mismas, hablan, miran fijamente al vacío e incluso leen libros.

En el fondo, se ve a una pareja abrazándose.

También en la parte izquierda del cuadro están preocupados por ellos mismos, pero siguen mostrando cierto interés por lo que ocurre. Según admite el propio artista, todos los personajes fueron creados por él para describir su vida y actividades creativas, y cada uno de ellos simboliza algo.

No es un secreto que la hermana del artista, su antigua amante, que pronto fue retirada del lienzo, e incluso el propio emperador Napoleón III, a quien el artista culpaba de sus acciones antirrevolucionarias y antirrepublicanas, encontraron su lugar en el cuadro.

Se prestó gran atención al juego de luces y sombras. Aunque el lienzo es oscuro, esto no dificulta la visualización de los rasgos de los rostros representados, así como de casi todos los detalles finos. La figura del modelo y el propio artista gozan de la mayor parte de la luz, mientras que todos los demás personajes están ocultos en las sombras, lo que no obstaculiza la visión no sólo de ellos, sino también de las paredes de la habitación.