Taking of Christ (attr.) Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610)

Descripción del cuadro de Caravaggio El beso de Judas

El cuadro, pintado por el maestro Michelangelo Caravaggio, se encuentra en Dublín, Irlanda, y su copia exacta estaba en Odessa, Ucrania, hasta el momento del sensacional robo. El tema bíblico en el centro del cuadro cuenta la historia del último día de la vida de Jesucristo en la tierra. Se sabe que Cristo fue traicionado por Judas, un fiel discípulo de Cristo, que señaló a los guardias el lugar donde vivía el Salvador. Se sabe que el cuadro fue encargado por Matteo Chiriaco y pintado por Caravaggio, un manierista tardío. Durante muchos años el cuadro se consideró infructuosamente perdido, pero a finales del siglo XX fue finalmente identificado por una Compañía de Jesús en Irlanda.

La historia del traslado del cuadro sigue siendo muy desconcertante. Se sabe que una copia del cuadro fue robada de un museo de Europa Occidental y Arte Oriental en Ucrania. Durante mucho tiempo se consideró que la "copia de Odessa" era el original o el boceto original. Hasta ahora, ha habido serias disputas sobre el origen de las dos pinturas; los historiadores del arte aún no han podido llegar a un consenso sobre la cuestión.

La mayoría de los cuadros de Caravaggio son de estilo realista y manierista, y El beso de Judas es un ejemplo canónico para los Caravaggio, ya que el cuadro absorbió toda la técnica artesanal y manierista del artista. Sobre todo, hay un fuerte rechazo al arte canónico del Renacimiento: no hay poses estáticas, las expresiones faciales no hablan de sentimientos internos, no se utilizan los colores locales clásicos y se hace mucho hincapié en las luces y las sombras.

El manierismo, por su parte, se caracteriza por un estado de ánimo armonioso e incoherente de los retratados y sus emociones externas, Caravaggio expone la percepción, hace que los cuadros sean sensuales y estén cargados de emoción. "El beso de Judas" es ante todo un lienzo emocional que revela la experiencia de los personajes. En el rostro de Iscariote vemos un fanatismo enloquecido, una mueca de angustia y servilismo, sus manos unidas fuertemente a Jesús, expresa su devoción por la traición que está viviendo Jesús, inclinando los ojos, sabía que la traición iba a suceder y sólo la humildad es visible en su rostro. Caravaggio hace un énfasis característico en la iluminación dentro del cuadro, como si la luz fuera rayos que caen desde arriba.