Benjamin West, retratista:
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Biografía

Una de las figuras más influyentes en Arte colonial americano (c.1670-1800), y el primer artista estadounidense en alcanzar fama internacional, Benjamin West comenzó como retratista pero dejó su marca en el género de pintura de historia. Después de varios poco convincentes neoclásico composiciones, West pintó su obra maestra La muerte del general Wolfe (1770, Galería Nacional de Arte, Ottowa). Fue una de las primeras pinturas de historia en presentar vestimenta moderna, y el primer trabajo de este tipo en convertirse en un éxito abrumador. Su popularidad ayudó a revolucionar las convenciones artísticas de la época, y el enfoque de West fue ampliamente imitado. West pasó casi toda su carrera en Londres. Cofundador, más tarde presidente, de la Real Academia de Arte de Londres, West se convirtió en el pintor oficial del rey Jorge III, y uno de los mejores pintores de historia de su dia. Además, influyó en varios contemporáneos, incluido el pintor de historia. John Singleton Copley (1738-1815), el retratista Gilbert Stuart (1755-1828), el artista paisajista John Constable (1776-1837), el romántico Allston Washington (1779-1843) y el pintor convertido en inventor Samuel FB Morse (1791-1872). Ver también: Arte americano (1750-presente).

Vida temprana y entrenamiento

West nació en Springfield, Pennsylvania, el décimo hijo de un posadero del campo. En su mayoría autodidacta como artista, comenzó pintura (en su mayoría retratos) cuando era un joven adolescente y en 1756 llamó la atención de William Smith, rector del Colegio de Filadelfia, quien se convirtió en su mecenas y proporcionó educación y conexiones sociales. Alrededor de esta época West se hizo amigo e influenciado por el pintor expatriado inglés John Wollaston, y comenzó a pintar retratos en Nueva York. En 1760, patrocinado por un grupo de ricos habitantes de Filadelfia, West viajó a Italia durante tres años (1760-3) donde copió las obras de los antiguos maestros italianos del Renacimiento, como Rafael y Tiziano, y estudió con uno de los principales artistas neoclásicos – el pintor de la corte alemana Anton Raphael Mengs (1728-79). También conoció a otro exponente de pintura neoclásica – Gavin Hamilton (1723-98), el pintor de historia británico. Todo esto estimuló a Occidente a retomar la pintura de historia.

Londres

En 1763, se mudó a Londres, donde permaneció por el resto de su vida. Inicialmente continuó con su arte de retrato, pero en 1767 recibió su primer encargo para una pintura de historia: Agrippina Landing en Brundisium with the Ashes of Germanicus (1768, Yale University Art Gallery). Esto confirmó a West como uno de los pintores narrativos más talentosos de Londres, y lo llamó la atención del rey Jorge III.

Pintura de historia: muerte del general Wolfe

Sin embargo, fue con La muerte del general Wolfe (1770, Galería Nacional de Arte, Ottowa) que West selló su reputación. El trabajo no fue, como a veces se alega, la primera imagen de la historia en presentar vestimenta moderna. Este honor, aparentemente, pertenece a Edward Penny (1714-91) por su Muerte de Wolfe (1764). Sin embargo, la pintura de West se convirtió rápidamente en un éxito crítico y popular en toda Gran Bretaña: se mostró en la Royal Academy (cofundada en 1768 por Joshua Reynolds y West) en 1771, y fue tan bien recibido que West se vio obligado a pintar copias. Fue el éxito de la pintura lo que hizo que se volviera tan influyente al liberar a los artistas de la obligación de presentar a sus personajes históricos en trajes clásicos. Hubo escépticos, por supuesto, y durante un tiempo incluyeron tanto al Rey como a Joshua Reynolds, pero la popularidad de la obra dejó de lado todas las preocupaciones y se convirtió en una de las imágenes reimpresas más frecuentes de la época, vendiendo miles de grabados. Otro trabajo popular de West fue el Tratado de William Penn con los indios (1772).

Pintor oficial del rey Jorge III

En 1772, West fue nombrado pintor histórico de la corte del rey Jorge III, con una tarifa anual de £ 1, 000. Sin embargo, entre 1773 y 1801, West no pintó ninguna historia en absoluto (!). En cambio, pasó la mayor parte de su tiempo pintando retratos de la familia real, por ejemplo, ver Retrato de George, Príncipe de Gales y Príncipe Frederick, Duque de York (1778, Museo del Hermitage, San Petersburgo), y desde aproximadamente 1778, comenzó trabaje en una serie de cuadros para vidrieras y retablos de iglesias en toda Inglaterra. En el proceso, su estudio se volvió tan ocupado que empleó a seis asistentes de tiempo completo para hacer frente a las grandes comisiones religiosas que estaba recibiendo.

En 1792, sucedió a Sir Joshua Reynolds como Presidente de la Royal Academy de Londres, pero renunció en 1805 después de desacuerdos internos. Sin embargo, reanudó el cargo en 1806 y lo mantuvo hasta su muerte.

Romanticismo

Hacia el final de su vida, aunque todavía se dedica a pintura al óleo en una vena neoclásica – vea su Benjamin Franklin Drawing Electricity From the Sky (1816, Museo de Arte de Filadelfia) – West tomó Romanticismo. Anteriormente había incursionado en este idioma, en obras dramáticas como Saul and the Witch of Endor (1777, Wadsworth Atheneum, Hartford), pero sus pinturas posteriores como Death on a Pale Horse (1817, Museo de arte de Filadelfia) han sido aclamados como precursores de Delaxcroix (1798-1863).

Legado

Desde su muerte, la reputación de West como pintor (nunca el mejor, a pesar de la modernidad de sus ideas) ha disminuido. Pero su importancia en la historia del arte se basa en dos cuestiones más importantes. Primero, redefinió la pintura de historia; segundo, inspiró a sucesivas generaciones de artistas estadounidenses, muchos de los cuales se beneficiaron de su presencia en Londres y de su ayuda y asesoramiento. Se le describe correctamente como el "Padre de la pintura estadounidense".

Las pinturas de Benjamin West se pueden ver en muchas de las mejores museos de arte alrededor del mundo.