"Grasa de azúcar de sal" de Michael Moss Traductor traducir

«Salt Sugar Fat» es un libro de no ficción de 2013 de Michael Moss. Describe la industria alimentaria americana moderna. El autor visita la sede corporativa, las instalaciones de investigación científica y los departamentos de marketing de los principales fabricantes de alimentos. También habla con los defensores de los consumidores y otras partes involucradas para comprender la epidemia de obesidad en curso.

A través de procesos industriales, las empresas de alimentos eliminan los componentes nutritivos y los sustituyen por ingredientes dañinos más baratos. Los ingredientes clave en la mayoría de los alimentos procesados ​​son la sal, el azúcar y la grasa. Luego, los fabricantes anuncian estos productos a los consumidores, incluidos los niños, de manera muy similar a la publicidad del tabaco. La industria alimentaria podría enfrentar consecuencias legales y políticas comparables a las que enfrentan las empresas tabacaleras. Las crecientes tasas de obesidad en las últimas décadas han resultado en estadísticas impactantes, con millones de consumidores que buscan culpar a alguien por los resultados de su salud. La obesidad por comer en exceso podría explicar la epidemia de las principales enfermedades y sus consiguientes costos sociales y económicos. Los informes de los medios culpan a las empresas de alimentos. El gobierno también culpa a la industria alimentaria. En reuniones secretas, ejecutivos de la industria alimentaria discuten el problema de su dependencia de la sal, el azúcar y las grasas que contribuyen a la obesidad. Los ejecutivos deciden seguir vendiendo estos productos para hacer crecer sus negocios, independientemente de las consecuencias para la salud. En la primera parte del libro, Moss visita las divisiones de investigación, producción y marketing de los productores de alimentos azucarados. El ejecutivo de Pillsbury, James Behnke, está preocupado por los efectos en la salud de los productos de su industria. Moss investiga casos de intoxicación alimentaria y descubre que los fabricantes manipulan los procedimientos de seguridad, lo que hace que los alimentos sean menos seguros. El autor visita un laboratorio de investigación de refrescos. Aquí, los científicos demuestran cómo fabricar un refresco con la cantidad ideal de azúcar, o «punto de felicidad», para que la gente quiera beber más. Los científicos investigan cómo responde el cuerpo al azúcar. Aplican este conocimiento para hacer que los alimentos sean más atractivos. Dr Pepper contrata a Howard Moskowitz para arreglar su línea de productos. Aplica la psicología y la estadística para producir productos populares. Moss y Moskowitz comen en un restaurante, donde este último encuentra desagradable a Dr Pepper. Él, y muchos otros científicos de alimentos, hacen productos que gustan a otras personas, pero que a ellos mismos no les gustan. Los científicos y comercializadores de alimentos de General Foods inventaron los alimentos precocinados a raíz de la Segunda Guerra Mundial. El azúcar agrega sabor, textura y vida útil. A medida que las mujeres ingresaron a la fuerza laboral, la conveniencia se convirtió en una consideración tan importante como el sabor y el costo. Los trabajadores del gobierno continuaron promoviendo la cocina tradicional. Sin embargo, la comida preparada ganó en el mercado. John y Will Kellogg iniciaron un retiro de salud, limitando los alimentos que se consideraban poco saludables. Produjeron un cereal sin azúcar. Se agregará azúcar, y se hizo popular. Un invitado de su retiro, CW Post, inventó Grape-Nuts. Las empresas de cereales se superaron entre sí en ventas añadiendo azúcar. Luego, el ingrediente se convirtió en un problema de salud pública y los dentistas presionaron para que se regulara. Jeffrey Dunn tenía un alto cargo en Coca-Cola. Después de comercializar el refresco en América del Norte y del Sur, Dunn se da cuenta del daño que causa el azúcar. Deja la empresa y desarrolla productos más saludables. Después de que la tabacalera Philip Morris adquiriera las grandes empresas de alimentos Kraft y General Foods, agregó su influencia de marketing para vender alimentos azucarados. Los fabricantes de alimentos investigan y desarrollan azúcares que tienen más dulzura a menor costo. También investigan los efectos de la grasa en la dieta. La leche pasó de moda debido a su contenido de grasa, pero la industria y el gobierno convirtieron el exceso de productos en queso. Oscar Mayer desarrolla Lunchables para satisfacer el deseo de libertad de los niños y la preferencia de las madres por ahorrar tiempo. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos regula la carne y los productos lácteos. También opera un programa de publicidad para promocionar estos productos, produciendo un conflicto de intereses. Algunos conocedores de Kraft expresan su preocupación por los efectos sobre la salud de sus productos. Organizan un panel, mejoran el etiquetado de productos e introducen límites a la sal, el azúcar y la grasa. Sin embargo, el mercado responde a la demanda de los consumidores, por lo que Kraft y otras empresas continúan aumentando estos ingredientes. La sal hace que la comida sepa mejor y dure más. En respuesta a las preocupaciones de salud pública, las empresas de alimentos elaboran productos bajos en sal. Sin embargo, estos saben peor y se venden menos. Moss discute con científicos de alimentos cómo la sal puede crear adicciones. En medio de la preocupación por la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas, las empresas de alimentos comercializan la sal como un alimento para comer sin preocuparse. Moss visita Nestlé, que ha superado a Kraft como el mayor productor de alimentos procesados. Allí, los científicos investigan cómo hacer que la grasa sea más saludable. Moss concluye que los científicos de alimentos han hecho sus productos tan atractivos que no pueden solucionar la adicción y los problemas de salud resultantes. En conclusión, Moss escribe que la industria alimentaria hace la guerra a los consumidores para obligarlos a comer más sal, azúcar y grasas. Al diseñar y comercializar alimentos atractivos, los fabricantes venden alimentos baratos y poco saludables. Moss considera este libro una defensa de los consumidores frente a la industria alimentaria. que ha superado a Kraft como el mayor productor de alimentos procesados. Allí, los científicos investigan cómo hacer que la grasa sea más saludable. Moss concluye que los científicos de alimentos han hecho sus productos tan atractivos que no pueden solucionar la adicción y los problemas de salud resultantes. En conclusión, Moss escribe que la industria alimentaria hace la guerra a los consumidores para obligarlos a comer más sal, azúcar y grasas. Al diseñar y comercializar alimentos atractivos, los fabricantes venden alimentos baratos y poco saludables. Moss considera este libro una defensa de los consumidores frente a la industria alimentaria. que ha superado a Kraft como el mayor productor de alimentos procesados. Allí, los científicos investigan cómo hacer que la grasa sea más saludable. Moss concluye que los científicos de alimentos han hecho sus productos tan atractivos que no pueden solucionar la adicción y los problemas de salud resultantes. En conclusión, Moss escribe que la industria alimentaria hace la guerra a los consumidores para obligarlos a comer más sal, azúcar y grasas. Al diseñar y comercializar alimentos atractivos, los fabricantes venden alimentos baratos y poco saludables. Moss considera este libro una defensa de los consumidores frente a la industria alimentaria. Moss escribe que la industria alimentaria hace la guerra a los consumidores para obligarlos a comer más sal, azúcar y grasas. Al diseñar y comercializar alimentos atractivos, los fabricantes venden alimentos baratos y poco saludables. Moss considera este libro una defensa de los consumidores frente a la industria alimentaria. Moss escribe que la industria alimentaria hace la guerra a los consumidores para obligarlos a comer más sal, azúcar y grasas. Al diseñar y comercializar alimentos atractivos, los fabricantes venden alimentos baratos y poco saludables. Moss considera este libro una defensa de los consumidores frente a la industria alimentaria.