"La riqueza de las naciones. La teoría de los sentimientos morales" de Adam Smith Traductor traducir

Adam Smith fue un economista, filósofo, autor e intelectual público escocés, nacido en Kirkcaldy, Fife, Escocia. Estudió en la Universidad de Glasgow, Balliol College y Oxford, y dio conferencias en la Sociedad Filosófica de Edimburgo y la Universidad de Glasgow. Sus principales escritos son «La teoría de los sentimientos morales» y «La riqueza de las naciones». «La teoría de los sentimientos morales» es una obra de filosofía moral, mientras que «La riqueza de las naciones» es una obra pionera y revolucionaria sobre economía.

«La riqueza de las naciones» —publicada por primera vez en 1776, durante la Ilustración escocesa y la Revolución Agrícola— es la obra fundamental de Smith, en la que analiza qué constituye la riqueza de un país y las razones por las que ciertas naciones obtienen más riqueza per cápita que otras. Es uno de los libros más importantes escritos porque introdujo nuevos principios económicos, principios que continúan gobernando el mundo hoy. En «La riqueza de las naciones», Smith responde a las condiciones sociales al comienzo de la Revolución Industrial y argumenta en contra de la filosofía económica del mercantilismo entonces predominante. En cambio, aboga por un sistema económico de laissez-faire. Al exponer sus argumentos, introduce conceptos ahora familiares de producto interno bruto como medida de la riqueza nacional, la especialización y división del trabajo, el beneficio mutuo del comercio y la eficiencia de los mercados (también conocido como el concepto de la mano invisible). «La riqueza de las naciones» está dividida en cinco libros. En el Libro 1, Smith establece sus teorías básicas que se convierten en la base para su análisis posterior. Smith introduce los conceptos de precio, existencias y división del trabajo. También introduce su afirmación de que la riqueza de una nación no se compone de dinero, sino que el dinero es un método de almacenar e intercambiar riqueza, que en realidad se compone de mercancías y trabajo. Smith divide el precio en tres componentes: salarios pagados por el trabajo, ganancias de las acciones y alquiler pagado a los propietarios. El componente de cualquier precio no pagado a los trabajadores o propietarios se considera ganancia. En el Libro 2, Smith analiza las «acciones». Define las acciones como los activos utilizados en una actividad comercial. Smith divide el stock en capital e ingresos, y afirma que es mejor para las sociedades mantener una mayor proporción del stock como inversión de capital, en lugar de gastarlo en esfuerzos económicamente improductivos. Smith luego diferencia entre lo que él llama comercio interno, comercio exterior de consumo y comercio de transporte. Smith razona que el comercio interno, el del comercio interno, es el más beneficioso para la economía de un país porque el dinero y los bienes se pueden intercambiar con más frecuencia, creando más riqueza que el comercio de transporte, que Smith define como comercio exterior. En el Libro 3, Smith relata la historia económica del Imperio Romano y de todas las sociedades desde su caída. De esta historia concluye que es preferible un modelo económico natural, en el que la agricultura sea la actividad económica predominante, seguida de la manufactura y luego el comercio. En el Libro 4, Smith argumenta contra el mercantilismo, el sistema económico predominante en la época de Smith. El mercantilismo es una especie de nacionalismo económico cuyo objetivo es construir un Estado rico y poderoso restringiendo las importaciones y fomentando las exportaciones. El objetivo práctico del mercantilismo era traer la mayor cantidad posible de oro y plata al país manteniendo al mismo tiempo el empleo interno. Smith concluye que el sistema mercantil le cuesta al país de origen más de lo que genera ingresos,y que el sistema y las colonias deberían abandonarse en favor del comercio interno, que produce más riqueza. En el Libro 5, Smith sostiene que ciertos costos de la gobernanza son necesarios e inevitables y, por lo tanto, deberían pagarse mediante impuestos. Sin embargo, también ofrece una advertencia de que la deuda nacional británica en ese momento estaba fuera de control. Propone un impuesto a los productos básicos o abandonar las colonias estadounidenses de Gran Bretaña, que habían sido una sangría continua para los recursos de Gran Bretaña.