"La Corporación" de Joel Bakan Traductor traducir

Publicado en 2004, «La Corporación», del jurista Joel Bakan, demuestra que las corporaciones a menudo se comportan mal porque está en su naturaleza hacerlo. El mandato legal corporativo, de buscar ganancias en nombre de los accionistas, impulsa a las corporaciones a tomar cualquier acción, incluidas las conductas insensibles, antisociales e incluso ilegales, siempre que generen ganancias.

Debido a que las corporaciones son creadas por los gobiernos, están en deuda con el estado para su supervivencia, sin embargo, a menudo logran cooptar a los reguladores para servir las agendas corporativas. Se han vuelto, en muchos casos, más poderosos que sus supervisores. Bakan señala que el estado conserva el poder de controlar, castigar e incluso liquidar a las corporaciones, y que los ciudadanos deben respaldar los esfuerzos de los gobiernos para revivir su autoridad sobre los gigantes de los negocios.

El Capítulo 1, «El ascenso de la corporación al dominio», describe la historia y el crecimiento de las corporaciones en la sociedad occidental, especialmente en los Estados Unidos, donde la actividad corporativa se da al principio con libertad. Durante la Gran Depresión, ampliamente atribuida al mal comportamiento de las empresas, gran parte de ese poder es recuperado por el gobierno. A fines del siglo XX, los vientos políticos cambian y el poder y la libertad vuelven a las corporaciones, con resultados decididamente mixtos.

En el Capítulo 2, «Negocios como siempre», Bakan explica cómo las corporaciones harán cualquier cosa para obtener ganancias, no porque sus gerentes sean malvados, sino porque las corporaciones deben por ley enfocarse exclusivamente en actividades que beneficien a los accionistas. Esto da como resultado que las corporaciones se comporten como psicópatas (insensibles, antisociales, manipuladoras, encantadoras) que se pintan a sí mismas como ciudadanos corporativos buenos y solidarios solo porque dicha estrategia genera un resultado financiero favorable.

El tercer capítulo, «La máquina de externalización», reúne evidencia de que las corporaciones a menudo toman decisiones a sabiendas que causan daño o muerte, y continúan haciéndolo frente a la indignación pública o las sanciones legales, siempre que sea rentable. Se presentan una serie de incidentes en los que las corporaciones muestran tal insensibilidad, incluido el uso de talleres clandestinos peligrosos en el extranjero, un diseño de automóvil que se espera que aumente las muertes accidentales y los recortes de seguridad que provocan una explosión en un campo petrolero, todo en nombre de la "externalización" de los costos.

Capítulo 4, «Democracy Ltd»., enumera muchos ejemplos de manipulación empresarial de legisladores y reguladores. La forma más común de lograr esto es pagándoles para que miren hacia otro lado cuando las empresas se portan mal. En un caso infame, una camarilla de líderes corporativos estadounidenses llega a tramar una toma de posesión de la administración Roosevelt de la era de la Depresión.

El capítulo 5, «Corporaciones ilimitadas», describe cómo las corporaciones están cambiando las sociedades para que se adapten a sí mismas al convertir los espacios públicos en grandes esfuerzos de marketing, colocar anuncios en materiales educativos para niños y alentar a las personas a abandonar los valores humanos preciados en favor del consumismo.

Y el Capítulo 6, «Reckoning», hace sugerencias específicas sobre cómo arrebatarles la sociedad y la cultura a las corporaciones y restringir una vez más las libertades que esas empresas nos han persuadido para que les concedamos.